"Una responsabilidad es el diseño del plan que todas las autoridades internacionales lo aplauden y dicen que está muy bien, pero la forma en que se implementó, o si se implementó antes de tiempo, eso a mí no me corresponde" dijo el abogado de la Universidad de Chile, Ricardo Lagos, refiriendose al TranSantiago. Recordemos que el 2007, cuando se aprobó el informe, del mismo plan, que reprochaba el diseño, Lagos se excusó diciendo que sí "...podía haber problemas de diseño...".
Al parecer el desaparecido ex-presidente que dió el pase al proyecto minero Pascualama está de vuelta en la carrera del márketing político. Ya lo vemos inaugurando escuelas, repudiando los actos de violencia del once de Septiembre, y, por su puesto, empezando a "sacarse los pillos" del Transantiago". Fantástico, claramente, entre otros, Frei, Alvear, Piñera e Insulza también se empiezan a poner su ropa para "vendernos la pomada" una vez más.
Sin embargo ¿hasta que punto puede servirle o convenirle al gestor del proyecto de Ferrocarriles del Estado echarle la culpa al actual gobierno del mal desempeño del TranSantiago? En primera instancia parece razonable; al hacerlo, el ex-mandatario que para el 2005 enviaba cartas de molestia privadas al director del diario "El Mercurio" busca desvincular su imagen pública de este sistema de transportes que tiene que recurrir al 2% del presupuesto destinado a calamidades (difícil tarea propagandística). Ahora bien, lo malo es que, a pesar del respeto y temor que todos sus aliados políticos le tienen, la mayoría desprobó abiertamente sus dichos. Lagos se halla en una complicada posición, cambiar su imagen pública y mantener el amor político que le tienen los colegas de la concertación. Solo una excelente combinación de promesas, opiniones empáticas y silencios bien planeados nos van a poder persuadir una vez más de votar por él. Llama la atención la desfachatez con la que Lagos inculpa totalmente al gobierno actual del problema, diciendo que el error fue que no se debió echar andar esto cuando aún no estaba todo listo. Increíble considerando todas las veces que el actual gobierno le ha atajado las balas a Lagos, y guardado silencio.
He aquí la verdadera causa de la irreparabilidad del "condoro" del TranSantiago. Es que nadie en realidad quiere arreglarlo. La oposición no tiene interés alguno, es de su plena conveniencia que el tema esté en el tapete cuando sean las elecciones presidenciales y por lo demás, nadie de ellos anda en micro. Pero lo curioso es que el gobierno tampoco quiere arreglarlo; el hacerlo significaría confirmar su incompetencia, dar pie atrás y empezar casi denuevo. Como ellos tampoco usan el sistema de transportes, lo que más les conviene es acallar y parchar. Es de su interés que, de aquí a las elecciones presidenciales, el TranSantiago se halla asimilado, no reparado, pues lo segundo tiene un costo político demasiado grande. En efecto, la gente se acostumbra al final a cualquier cosa. Para el TranSantiago: hay pocas esperanzas, por lo menos hasta despues de las presidenciales.
Estoy de acuerdo en que es triste veer como cada uno saca dividendos de el tremendo desastre del transantiago.
ResponderEliminarPaula