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18.8.10

Gobierno de Chile: La Independencia de los Poderes

En un mes más se vienen las fiestas patrias, y esta vez con bicentenario y todo. Sin embargo, ya tenemos que empezar a tragarnos a las maravillosas lumbreras de siempre, los incansables de siempre. Que indigestión, como poniéndse el parche antes de la herida, sale este señor en el canal trece, a media tarde, cara de palo, diciendo que no hay ninguna autopista del mundo que aguante que todos salgan a las seis el mismo día, y vuelvan a las seis de la misma manera. Me queda claro que no han hecho nada al respecto y que hay altas probabilidades de que ocurra lo mismo de siempre. Y frente a tal descaro, tal sacada de pillos, sólo se puede preguntar ¿Qué se cree este señor? ¿Pensará que todos somo estúpidos, que no hemos pasado horas (independientemente de si son las cuatro, las cinco o las seis, cuando caes en sus garras) en el mentado taco que se mantiene en las carreteras, a lo largo de gran parte del día, esos pocos y preciosos fines de semana? ¿Creerá que uno puede decirle al jefe, no voy a venir el día tanto a trabajar porque el señor éste dijo que los santiaguinos deberíamos diferir los viajes? El brillante caballero pensará que todos salimos al mismo tiempo, no que todos terminamos en el maldito taco que mide horas y kilómetros. Y como si las mentadas autopistas concesionadas funcionasen: todos los días a las nueve de la mañana, Américo Vespucio norte con la panamericana es intransitable. Y ponen un cartel que dice "Mira Chile coMOProgresa"...

Luego están estos señores de Vepucio norte, qué les pasa que aún no reparan la calle ¿Querrán que les pasen plata? Con tal, la ciudad necesita esta vía pensarán. Cabe preguntarse ¿Por que la gente de obras públicas no se deja de payasadas y los obligan a ellos a arreglar el tema, y de pasada a los caritativos de las carreteras como la norte-sur o la 68, a poner tag? ¿Por que cobran el tag si me demoro una hora cuarenta, a las seis de la tarde de vuelta a mi casa por el taco de la 5 norte y la costanera? Autopistas de nivel internacional dicen... Lo único de nivel internacional son los cobros y el negociado que tienen armado los amigos concesionarios. Si hasta el señor Bitar dijo para el terremoto que el esperaría que no cobrasen el tag, pero que no tenía como obligarlos. Lo más genial es que además de que todo se cayó en las vías entre ciudades, en el mismo Santiago estaban empezando a vender las cayes que ya existían, las que se habían pagado con impuestos, como la Kennedy.

Lo que sorprende es que la gente jura de guata que con estos señores de la derecha, la cosa va a ser diferente. Que son más serios ellos, menos ladornes. Si hasta en el programa de TVN, cuando invitan a la tan criticada vocera, y la periodista le pregunta muy seriamente si no siente que el que parte de Canal 13 pase al grupo Luksic es un conflicto en términos de la concentración de poder económico y comunicacional. Y aunque la pregunta tenga validez después de todo, en ese momento es casi imposible no escuchar las campanitas de la dimensión desconocida. Y no lo digo por lo hilarante de que sea precisamente ella quién critique la poca independencia de los medios, sino porque... ¿Mónica Rincón pensará que en el gobierno de Piñera si van a hacer lo que ni todos los ideales socialistas sumados lograron en los gobiernos de la concertación? Y, a no ser que este practicando su stand up, y simplemente la tiró como talla doblemente sarcástica, la penquista, maestra en ciencias políticas no vive en este planeta. ¿Estamos hablando del mismo Piñera? ¿Del que aún no vende Chilevisión? ¿Y del mismo canal? ¿El del Santo Pontífice Angelito de la Iglesia Católica Romana de Occidente S.A.™? No entiendo como la ex panelista del mismo programa logró contenerse y en vez de explotar en llanto y risa respondió, como siempre, con ese humilde "A ver, acá...", que tanto la caracteriza.

"A ver, acá" pareciera que después de todo lo mal que lo hizo la concertación, ahora todo se le perdona a este gobierno. Lo que es penoso es que lo mismo paso después de la dictadura militar, y terminamos como terminamos con la concertación. Y no nos engañemos, la gente de este gobierno es quién siempre ha sido, y por ende, tiene los mismos intereses de siempre, y responden a la misma lógica de siempre. No verlo es de locos y quizá necesitamos refrescar la memoria.

"A ver, acá" tenemos que hacer memoria, es el gobierno del Presidente Piñera. Si, ese Piñera, el que se peleó con Ricardo Claro por unas tarjetas hace tiempo, el socio que decía que no sabía que tenía acciones de FASA y las colusivas farmacias, ese mismo. ¿Se acuerda de él? El que hizo el negocio del siglo con ENERSIS, el que fue sancionado por la SVS después de usar información privilegiada, el de LanChile, cuya filial acordó pagar una multa a los mismísimos gringos por cargos de colusión. ¿Se acordó? El que salió con mención honrosa el año pasado en el reporte de Transparency International, el que anduvo prófugo en la dictadura, acusado de fraude al Banco de Talca, el que hace cinco años decía que había sido profesor en Harvard para tratar de ser presidente, y era chiva. ¡¿No?! Al que le salió el tiro por la culata cuando trató de hacerle la cama en una entrevista a la hija (ahora irritada, el gobierno regional no va a dejar usar mini.¡Glup!―) del ex general de las FFAA, porque el ejército le había intervenido el teléfono (Algo rutinario que supuestamente le hacían a los militantes de partidos políticos.―Doble ¡glup!)

El gobierno del Presidente Piñera, él que partió desesperado por pasar el tema de la depreciación acelerada. El gobierno que llego al poder con la estrellita multicolor de logo, esa que le robaron a Lula Da Silva. El gobierno que sincrónicamente propuso subir los impuestos a las tabacaleras cási de manera perfectamente simultánea con anunciar, con una determinación prácticamente ajena, la misteriosa y equiparativa medida de que el ministerio de Salud prohibiría para noviembre, la importación y venta en Chile, del vaporizador a pilas de propilenglicol, o cigarrillo electrónico (esta es la alternativa no cancerígena ni dañina, del tabaco, aparato que genera evapora un aditivo para alimentos totalmente seguro llamado glicol, y no humo, y que por ende no produce alquitrán; opcionalmente se puede agregar al glicol, el alcaloide del tabaco, la nicotina). El mismo gobierno que quiería extender el plazo de inamovilidad del royalty, de forma que este no se pudiera subir más, si es que las mineras aportaban dinero al plan de reconstrucción.

Por favor, este señor y sus secuaces no han dejado de ser quienes siempre han sido, y no van a hacerlo. No nos olvidemos de quienes son los que están gobernando ahora. Tampoco tiene sentido buscar cual de los dos es el mal menor, la derecha o la izquierda. Las cosas se deben hacer bien, no mal, y tratar de identificar quién tiene mayor cantidad de situaciones especiales sería, como diría mi amigo Paulsen, ir a ver quién la tiene más larga (la lista de antecedentes). Lo único que pido es que no nos olvidemos.

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26.9.08

Concesiones Viales: Ventana al Desarrollo

El día Miércoles de esta semana Global Vía y Bancomext cerraron un trato de compra venta por derechos de explotación de autopistas. El Gobierno de Chile se asegura alrededor de cuarenta millones de dólares por el traspaso de la concesión de las autopistas Itata y Aconcagua, de una concesionaria a otra. Y mientras todos parecen salir beneficiados con las transacciones que se realizan entre las concesionarias, el resto de los habitantes del país miramos y nos acordamos de los tacos que se generaron para fiestas patrias: hubo tramos en los que tomaba alrededor de veinte minutos avanzar un kilómetro.

Después de ese fin de semana se generó una vasta discusión respecto del tema. Todos tienen algo que aportar: ministros, alcaldes, senadores, académicos, economistas, etcétera... Surgieron diferentes propuestas e ideas.

Algunos piensan en que lo mejor es instalar pagos electrónicos, como el "tag", para peajes. Sin embargo saltan de inmediato detractores, dado que quizás la inversión sea muy grande para las empresas ¿Quién debe pagar la inversión?Además, según otros, se generaría cierta tasa de evasión de el pago que quieren evitar. Para peor, según las propias palabras de Sergio Bitar, a pesar de que es una de sus prioridades lograr que las concesionarias accedan a instalar el "tag" en las autopistas, "...no es obligatorio para ellas hacerlo..." dijo.

Otros, más aventurados, proponen que simplemente se cree una vía lateral por la cual se pueda cobrar un poco más caro, también vía "tag", por el hecho de evitarse la cola. Así, supuestamente, sólo los usuarios del nuevo sistema pagarían por él. La idea es que si quieres pasar rápido, puedes pagar por hacerlo. Además, en los días de baja congestión la mayoría pasaría por el cobro manual. Sin embargo, hay que tener en cuenta que esta idea, finalmente tiene los mismos problemas que la idea de poner un cobro automatizado general, además de generar cuellos de botella.

Un tercer grupo de personas ha llegado a la conclusión de que el beneficio de colocar cobros automáticos no es tanto. Es decir, aunque pueda ser importante si miramos los días de alta congestión, al considerarlo prorrateado a lo largo del año, no resulta rentable invertir en eso. De ahí que las empresas concesionarias no debieran instalar estos mecanismos sino más bien esperar que o la gente se acostumbre a diferir sus viajes, o a aguantar en los días de máxima congestión, que no serían más de cinco al año. Para ellos la cuestión es un problema adaptativo: habría que convencer a la gente de que se programe mejor y se pongan de acuerdo.

Y así podemos seguir jugueteando con diferentes ideas y proyectos que pueden resultar entretenidos y divertidos de considerar: mover los peajes, cobros peatonales, subir los peajes para bajar el flujo de autos, etcétera.... Sin embargo, en algún punto del análisis hay que detenerse y mirar la cuestión desde lejos. ¿Cual es el objetivo? ¿Queremos hallar una oportunidad de negocios para las concesionarias o disminuir los tacos en los días de máxima congestión?

El negocio de las autopistas es un monopolio natural, es decir, resulta más eficiente que no haya competencia cuando se trata de autopistas. Dadas una cantidad mínima de infraestructura, y un cobro máximo del peaje (ambas cifras estipuladas por contrato), para la concesionaria no siempre es conveniente ampliar el negocio. De hecho, sólo se justifica un aumento en la capacidad vial si la cantidad de vehículos nuevos que se deciden a viajar, es mayor a la cantidad de autos necesaria para que al pagar la tarifa se logren dos cosas. En primer lugar, cubrir los gastos adicionales a los que la empresa incurre para darle servicio a este nuevo volumen de vehículos, y en segundo, recuperar el dinero que se deja de percibir por el hecho de tener que bajar los cobros para que la nueva cantidad de personas (que antes no viajaban por el precio) ahora se decida a viajar. La capacidad máxima de las autopistas va a ser siempre menor a la que se daría si hubiesen múltiples alternativas de autopistas: esto se debe a que la concesión optará por entregar menos capacidad a una tarifa más alta ya que debe considerar que un aumento en el flujo de autos debe justificar no sólo el aumento en la inversión, sino la disminución de tarifas para generar este nuevo tráfico.

Este problema resulta dramático si entendemos que la capacidad vial es implícitamente valiosa para la sociedad. Aunque no necesariamente esto sea de considerar para la evaluación de un proyecto de aumento en la capacidad de la autopistas para la consecionaria, el hecho de que no haya demasiada congestión en los pocos días en los que los chilenos se pueden tomar un fin de semana de descanso es socialmente importante. De hecho, no podemos mirar el tema como algo netamente económico, la sociedad necesita estas vías relativamente despejadas.

La cuestión es bastante absurda dada la naturaleza del negocio de las autopistas: un bien generalmente público, con características de monopolio natural y muchas externalidades de por medio: debiese ser el primer blanco de las regulaciones del estado para mantener las cosas de manera ordenada. Sin embargo ¿qué es lo que se ha hecho hasta ahora? Concesionar la mayor parte de las vías, venderlas, arrojarlas al mercado, cuando hasta la misma teoría económica de libre mercado dice que aquí se cumplen las tres condiciones en las que generealmente falla el libre mercado. Increíble viniendo de un gobierno socialista.

No puede ser que nos digan que no está en el contrato de las consecionarias crear cobros automáticos para descongestionar, y que por ende no sea su obligación. La mayoría de estas autopistas fueron construídas años atrás, con los impuestos de los chilenos, para luego ser vendidas a conseciones que nos cobran denuevo peajes por usar algo que nosotros mismos pagamos por construir. El único beneficiario es el estado. El problema es que el rol del estado no es acuñar dinero, sino gastar el dinero en obras. Y ahora nos hayamos en medio de un nuevo problema: no es culpa de las concesionarias, empresas que se dedican a maximizar beneficios, que suceda lo que sucede. Si alguien tiene que resolver el problema de los cobradores automáticos en las autopistas, es el estado que recibió dinero por vender las principales rutas de Chile a privados. A la empresa de las autopistas no le interesa ni le es rentable. Y no se trata aquí de hacer rentables los cobradores automáticos, sino de que el estado haga su labor: solucionar el problema de la congestión (incluso aunque no sea bueno para el negocio que tienen montado de venderle las vías del país a grandes empresas).