21.8.11

Democracia Representativa: Base para la Gobernabilidad

El sistema es de la gente y para la gente. El sistema no es ni para las instituciones; ni para los políticos; ni para los sistemas. Si no tenemos claro esto, sólo nos movemos hacia el descontento de la gente y el abuso de poder. Frente a esto, errores conceptuales de alto calibre, cómo cuando Eugenio Guzmán dice que las instituciones son democráticas porque tienen mandatos que a todos nos atañen, no tienen cabida. Las instituciones son democráticas porque tienen mandatos democráticos: las dictaduras y las plutocracias no son democráticas.

Hoy día, a nivel global, está cada vez más de manifiesto algo casi inédito en la historia de la humanidad. El fenómeno movilizador, informador y enardecedor que genera el internet. Si no lo entendemos como tal, y abrazamos, estamos condenados al conflicto. La disponibilidad de información y el ejercicio del poder se han desarrollado de manera explosiva y absolutamente asimétrica, por lo menos, durante los últimos diez años. Esto es inaudito, nunca antes había sucedido, la raíz del tan llamado empoderamiento de la gente: la red global. Esto quiere decir que, a diferencia de antaño, la información se concentra cada vez menos en las elites y cada vez está más disponible. Asimismo, esto justifica un sinnúmero de modificaciones al sistema: la real plausibilidad técnica de utilizar el plebiscito como herramienta democrática; el establecer redes y puntos de recopilación de opinión popular; inscripción automática y voto voluntario; reformas al binominal: en gran medida ese concepto tan mercadeado durante el gobierno de Michelle Bachelet y hoy tan vilipendiado por las elites, el Gobierno Ciudadano.

Es por eso que es irritante que Consuelo Saavedra se choree, objete, interrumpa y considere impertinente a la pregunta, que le respondan que el gobierno ha estado tomando medidas contingentes porque está tratando de salir del hoyo que dejó en finanzas el gobierno de Bachelet. Porque la gente sabe. Porque con la explosión de información, el modelo de la elitista pierde fuerza. La gente hace sus conexiones; los intereses se vuelven evidentes; el sistema es de y para la gente; ese canal es del estado.

Asimismo, la comparación radial entre la supuesta intransigencia del movimiento estudiantil, con la intransigencia de los niños cuando no quieren comerse la comida; es penosa. El gobierno no es el padre de la gente, no tuvo, tiene, ni tendrá nunca ese rol. Si alguien creía eso en los 80’s, en este siglo, que se vaya olvidando de la idea. El gobierno está al servicio de la gente, y de llevar el buque a donde a la gente le conviene. El sistema es para y de la gente, les otorga a los políticos y gobernantes: deberes, responsabilidades y la potestad para cumplir con estos. No se confieren o adquieren derechos. Hoy, como nunca antes, se desbarata la concepción de que la elite está ahí para influir con sus ideas en el sistema. Están ahí para poner atención y entender lo que la gente pide y necesita. Para redondear, cómo diría a Hinzpeter, se acabó el tiempo de la elite política. Es el tiempo de la información; el debate; la argumentación; sistemas de integración: el tiempo de la ciudadanía.

Desde entonces, resulta indignante que César Barros diga refiriendose a La Polar, que esto se produjo a causa de que el chileno promedio, con inferiores estándares morales, alcanza cargos directivos (seguido de una irrisoria alusión del tema a los bacanes y los nerds, y que si acaso copian en la prueba). ¡Que se diga que si esta gente era Opus Dei, no entendieron de qué se trataba! Que en su Mundomágico, Longueira atribuya el escándalo a la atomización de la propiedad de La Polar; dijo algo como que lo importante que es tomar consciencia de que las cosas tengan dueño. Pero volviendo al planeta tierra. ¡Claro! Quizá si no hubiese estado atomizada, no se hubiese destapado nunca el problema. Sin embargo, las repactaciones unilaterales debiesen haberse atajado en las auditorías. Lo que faltó fue regulación. Pero si la Price manda a unos trainees y practicantes a hacer las auditorías, y la parada, por algo que es evidente. El sistema permite que se escoja al auditor que se contrata: esto significa que si Price hubiese encendido las alertas por fraude, para la próxima, La Polar (y probablemente varios más) hubiesen preferido a Ernest y Young.

Ahora bien, hoy día se dice que un plebiscito sería una medida mala para el país. En la DC dicen que sería un fracaso de la democracia, y Frei teme por la gobernabilidad. Sin embargo, dado el estado de las cosas, cabe preguntarse si el ejercicio de la democracia incorporando métodos participativos sería en efecto un fracaso democrático, un fracaso de los políticos, o un triunfo de ambos y de la gente. El plebiscito es una herramienta, no una forma de gobierno. Y si no podemos usar herramientas que se usaron en dictadura, estaríamos sonados. Olvídense de la reforma a la constitución, al sistema, reajustes de presupuestos, o cualquier cosa al fin de cuentas. Mal que mal, fue el plebiscito el que devolvió la democracia al país, cuándo no se veía escapatoria. Tan malo no es. El sistema es poco representativo y eso nos obliga a buscar métodos más representativos. Así como hace tiempo Coloma trataba de vender que la gobernabilidad había cambiado de manos y estaba en la derecha, hoy día yo le diría que, cómo están las cosas en la alianza, la gobernabilidad ha cambiado de manos. Ha pasado a las de la gente, a las de los políticos y sistemas que escuchen a la gente. Porque el sistema es de la gente y para la gente, no podemos perder eso de vista.

Si se trata de educación, la gente está harta de los negociados, hay que escucharla. No más lucro, es decir, ningún peso más del estado a las privadas, se sabe que no funcionan sin fines de lucro. Acreditación en serio. Si no enseñan no pueden dar el título. Si no sabe quién es Nietzsche, no puede ser filósofo. Que sobrevivan las privadas buenas, que reinvierten, y que si van a hacer negocio, que sea con su platita, y con los riesgos que tiene cualquier negocio. Si no, se obliga a las estatales a bajar calidad del profesorado y reducir los recursos porque las privadas les levantan a los profesores, y se acredita lo que sea. Que las privadas que hacen negocio se tengan que adaptar para competir con las que reciben apoyo del estado, no al revés.

Es como que el estado deje de poner su plata en su banco, el Banco del Estado. Es como que el gobierno guardara los dineros de las carteras, en los bancos privados. En muchos de los personalmente conocidos, apitutados, parientes, asociados, amigos y otros stakeholders de las personas en el poder. Sin embargo, el Banco del Estado carga con una enorme cantidad de empleados públicos, no puede tomar la magnitud de riesgos que toma la competencia porque lo supervisa la contraloría, además debe dar tasas convenientes a las personas. ¿Qué pasa si ocurre lo que en EEUU con los bancos? ¿Qué pasa con la plata del estado? Hacer competir al Banco Estado por los dineros del propio estado, es terriblemente injusto, riesgoso, y no le conviene al país. El Banco Estado es un bien país más allá de lo económico. Asimismo, hacer competir a las universidades estatales con las reglas de las privadas es injusto y no le conviene al país. Hay que volver a la forma antigua, donde no se les pasaba plata a los privados. El sistema pro-inversión privada del tiempo de la dictadura se está viciando, llevándonos al extremo de que tenemos varias universidades como negocio desechable. Esto, lamentablemente implica, carreras desechables y un grave problema social. A esto se le suma la acreditación y el negociado que tienen con los créditos y, por supuesto, los bancos. Además, el estado pareciera no tener interés en la educación técnico profesional, escencial para el desarrollo. El Instituto Nacional de Capacitación, o algo similar, debiese de ser del Estado. La diferencia es que ahora los ciudadanos lo saben.

5.8.11

Marchas Universitarias: Asumiendo Responsabilidades

Como ha cambiado el clima político desde la foto del rescate de los mineros. Lo que ocurrió ayer realmente fue escandaloso. Después de la batalla, vienen las reprimendas ¿Pero cuándo van a asumir su rol? Chadwick viene a hablar de que faltó responsabilidad al convocar la marcha. Sin embargo, hay algo que es ineludible: los reales responsables de lo que está pasando. ¿Cómo se le exige responsabilidad a estos jóvenes estudiantes, si el gobierno es irresponsable? ¿Cómo? Si insistieron en disolver la marcha sabiendo que eso iba a desencadenar la batalla campal que se terminó por producirse. ¿Cómo? Si llenaron el centro de bombas lacrimógenas porque no saben manejar el conflicto. ¿Cómo? Si llevamos meses con este tema y no han sabido darle una salida decente. ¿Cómo? Si en medio de las manifestaciones, carabineros lanzó una bomba lacrimógena donde se encontraba la niña que habían atropellado. ¿Cómo? Si esa mañana el señor Hinzpeter andaba diciendo que el tiempo de las marchas se acabó. (El mismo que con responsabilidad salió diciendo que se dejaban de usar y se volvían a usar las bombas lacrimógenas, en menos de una semana).

¿Cómo puede hablar de responsabilidad, con un 26% de aprobación del presidente y habiendo llevado al país a una situación de tensión y caos tales? Irresponsable es llegar al poder con todas esas promesas falsas, provocando la indignación de toda la gente a este grado. Cómo llegamos a esto en dos años, y Chadwick dice que no fueron responsables los convocantes. Claro que no. No son responsables los dirigentes por toda el desmán que tiene Piñera en el país y el mal manejo de esta marcha. Cada ciudadano es responsable de sus actos. Cada encapuchado delincuente, de las piedras que él sólo le tiró a los carabineros. Que el Piñera salga diciendo casi que tiraba la esponja con la delincuencia, eso si es irresponsable.

En plena crisis de representatividad política, que te elijan democráticamente como senador y dejar el cargo botado para que el partido designe a un reemplazante, todo para ayudar al primo a vender la pomada con el desastre que está dejando, perdonando la palabra, esa wea es ser irresponsable.

Dañar la posibilidad de dialogo de tal manera, todo por prohibir la marcha en la alameda fue una tontera. Las consecuencias igual fueron nefastas. Muchos ni siquiera pudieron abrir sus tiendas. No sólo el centro estaba irrespirable... Irresponsables.

Porque ninguno de estos civiles detenta un cargo comparable con los cargos que si debiesen ser responsabilizados: el gobierno, los carabineros, las autoridades, cómo el señor Zalaquett. Por eso es que es indignante que Girardi salga con pancartas siendo el jefe del senado. Porque se espera que tenga una manera mejor de canalizar sus ideas dado el cargo; que se haga cargo; que esté a la altura: que sean parte de la solución. Asique, para que quede claro, irresponsables son ellos, quienes mal que mal eran responsables de mantener el orden público. Si para eso se les paga, para que se hagan cargo.

El centro de la capital es un mal lugar para que el gobierno mida fuerzas contra el movimiento estudiantil. Si la protesta, por no autorizada que sea, cobra la fuerza y violncia de esta, las autoridades están justamente obligadas a que la cosa no se escape de las manos, a que no quede la embarrada en la capital por ponerse intransigentes e intentar disolver y con ello enardecer a la masa. Pero ahora resulta que van a decir que es culpa de los dirigentes que la cosa se les escape de las manos. No sé cómo José Antonio Kast tiene cara para decir que falta liderazgo en los sectores opositores. Los llamados a ejercerlo son las autoridades no los estudiantes. Incluso aparece Mario Desbordes de con el cuento de que los jóvenes no se mueven por nada y eso es preocupante para el país. En que planeta viven estas personas... Estamos claritos…

Pero en fin… ¿De qué responsabilidad hablamos si la mitad de los pacos en las poblaciones trabajan en equipo con los traficantes de pasta base? ¿De qué responsabilidad si la policía se vuela con las bombas lacrimógenas? ¿De que hablamos si el mejor uso que le dan a las sirenas es para pasar con roja cuando no les alcanzó la amarilla? Y el señor Ubilla tiene el descaro de andar diciendo: misión cumplida, los pacos resguardaron el orden. ¿No habrá sentido el olor ayer?

Caso aparte, de todas maneras, es el señor Gajardo. ¿Ese señor está loco, o quiere que le peguen? Está peor que Larraín y el cuento del viaje a cuba. Ahora entiendo porque siempre se opuso a la evaluación de los profesores. De todas formas, la respuesta de Lily Pérez es una oda a la responsabilidad, al comparar las declaraciones, con Hitler. Es irritante que exijan altura de miras a los civiles si las autoridades no las tienen.

En todo caso, el lucro en la educación es algo por lo que muchos políticos están dispuestos a aguantar que quede la cagadita. Por eso van a seguir con el cuento de la mala comunicación y de todo lo bueno que se ha hecho, van a seguir con la chiva. Sino cómo Desbordes puede venir a decir que el problema es que no se ha comunicado todo lo bueno que se ha hecho. ¿Con que cara? Si Piñera, de hace un año, de lo único que anda preocupado, es de la foto con el papelito de los mineros, o con Obama, o lo que sea.

Sino cómo explicamos a Cristián Monckeberg frente al tema de participación, salga vendiendo la pomada de los plebiscitos municipales, para ver si hacen o no la plaza en la esquina. Cómo si ese fuese el tema país. Estamos hablando de sistemas de integración en serio: redes, participación, opinión ciudadana.

Pero estos siguen pensando que la demanda de la gente busca que ellos se pongan de acuerdo entre ellos, y no en que escuchen al pueblo. Por eso es que Juan Antonio Kast se queda sin palabras coherentes cuando debe decir porque encuentra innecesarios y no está de acuerdo con los plebiscitos, la participación simplemente no le gusta. Cómo puede hablar de intransigencia del movimiento si en la misma entrevista dice que: la libertad de que los padres puedan escoger un proyecto educativo, eso no está dispuesto a transarlo él. Espero que no se refiera a que el lucro es igual a la libertad de escoger un proyecto educativo para los padres.