7.7.11

Marchas Universitarias: El Gran Cambio en la Educación

Miles de ciudadanos que se movilizan en las calles; diferentes banderas, algunas más masivas, otras menos: catarsis ciudadana. El lucro en la educación, es en efecto el paradigma del sistema llanamente flayte que se instaló en Chile, digámoslo así, desde los últimos doce o doscientos años. Y quién puede culpar a Lavín, por lo menos, particularmente a él, si es otro bicho más del mismo insectario, otro cruentis manibus. Si no es el canal de la tele, es la clínica, sino una inmobiliaria que lucra con las instituciones sin fines de lucro, o sino, cualquier cosa, una empresa que vende semillas, lo que sea.

De todos modos, si Lavín parece llevarse una buena porción de los combos, por algo será. Hay algo más en la educación. Partamos por, lo político y lo personal: porque, de que los comunistas iban a apalear a Lavín, esa wea' era de cajón. ¿E históricamente, dónde se manifiestan los comunistas? ¿Ah? Hagamos un minuto de silencio entonces por la brillante idea de poner al supernumerario presidenciable de la ultraderecha a dirigir el supuesto Gran Cambio en la Educación, y sus gráciles sutilezas. Quizá fue con particular malicia por parte de Piñera.

Segundo, viene lo sistémico e irracional: porque claro, la concertación está igual de embarrada en este tipo de maromas. Mal que mal, en este país no ganó la derecha, perdió Frei, eso fue lo que pasó. Lo otro vino de coletazo. Piñera ganó porque nadie quería a Frei diciendo con su amable tono "¡Más estado, menos mercado!" Porque igual no había mucha confianza cuando el marido de la Karen alababa a Evo Morales y proponía cambios en la constitución. Porque el voto no es voluntario y la inscripción sí. Porque el sistema binominal y los partidos ya no representan a la gente. Cómo explicar que la concertación esté discutiendo sobre el eje ideológico mientras se daba la más grande convocatoria en las calles, de los tiempos modernos, a nivel nacional. Cómo explicar que el presidente DC estaba de acuerdo con adelantar las vacaciones. Están esperando que la derecha haga lo suyo, y les toque de nuevo. Nadie se ha replanteado nada por esos lados. Por eso tienen a la Bachelet bien fondea’, por allá lejos. El sistema político está en crisis de representatividad porque el padrón electoral, el mecanismo binominal y el sistema partidario actual, están todos estancados y son anacrónicos. Hoy día la tecnología y el avance cultural dan para algo un poco más decente, representativo y, a fin de cuentas, legítimamente democrático. Pero muchos políticos piensan que pueden seguir siéndolo sin orejas, por la vía de la revelación autovalidada. De lo que no se dan cuenta es de que el sistema democrático que tenemos está expuesto por este tipo de mezquindades, y mientras menos escuchen, más malestar ciudadano, y más nos arriesgamos al surgimiento de: la polarización, el radicalismo y las ideas extremistas o revolucionarias.

Luego, hay que mencionar lo real y educacional: porque a diferencia de la marcha contra HidroAysén, dónde todos nos hacemos los huevones extrañados de tanta manifestación como si nadie se acordara del spot publicitario de Patagonia sin Represas; el sistema actual de educación no salió en la tele, pero si toca concretamente a muchos ciudadanos, hoy, ahora, y desde hace harto rato. Porque el lucro en la educación, de hecho tiene consecuencias: todos quieren venderte ingeniería, nadie quiere enseñarte a ser técnico. Total, si el ministerio acredita legal y económicamente cualquier cosa, pa’ que vamos a tener técnicos. Y sería excelente si fuese verdad, seríamos un país exportador de profesionales, a la americana. Pero si la gente sale no sabiendo nada, hay un problema, en especial porque lo que está fuera de cuestión es que te cobran, y eso sí, te cobran a la americana.

Por último, habría que tocar el tema comunicacional y de manejo político, que bien se relaciona con lo primero que se mencionó: porque la gente también está chata de que le mientan. Y aunque algunos insisten en que esto puede llamarse un problema de estrategia comunicacional, lo cierto es que es un problema de sinceridad. Yo no se si esperaban que de ese almuerzo con los líderes de la concertación, Osvaldo Andrade saliera diciendo “Piñera tiene todas las papas asique le vamos a hacer caso de ahora en adelante”. Piñera salió elegido como la menos peor alternativa, luego de prometer una serie de cuestiones que simplemente no podía cumplir. Y no es algo de manejo político: la UDI era el piso donde estaba parado, lo que pasa es que no se veía en la foto. Porque ¿Acaso alguien cree que a Piñera le importa un coco que se casen o no los homosexuales? En cambio, la UDI no va a dar espacio ni para la discusión, aunque haya sido promesa de campaña. Mal que mal, es la palabra de Piñera la que está en juego, y con lo desvirtuada que está hoy en día, es irrelevante. Por eso es que la gente está chata de las mentiras, de que anuncien con pompa una pila de cuestiones que en la práctica significan todo lo contrario, cómo el crecimiento de una serie de cifras linealmente dependientes de la concentración de poder en todas sus esferas, y el consecuente empobrecimiento del resto del mundo. No queda más que irritarse si las casas se desmoronan para el terremoto, y después nos muestran con orgullo un índice de crecimiento en el sector de la construcción y/o el retail. No siempre es necesario recurrir a maniobras tipo, “La Polar” para tener buenos números. Pero, aunque estemos todos chatos, chatos, chatos, entendamos una cosa: la UDI que cogobierna, es un partido polar: que se alimenta en gran medida de una respuesta temerosa e intolerante al flagelo de la delincuencia; que ganó popularidad durante los gobiernos concertacioncitas que pésimo lo hicieron en ese sentido, y debido al sistema judicial que es un lastre. La UDI surgió en los tiempos de la dictadura; tiene sus cimientos en espejismos santeros de Jaime Guzmán; es el partido reaccionario en Chile: el conservadurismo a ultranza. ¿O alguien creyó eso de, con Lavín, viva el cambio?